VIERNES.
Entro y lo
primero que veo es una mujer esbelta, morena y alegre. Me siento enfrente de la rockola digital
MILLENIUM. La rockola está conectada a una tele que muestra fotos de mujeres guapas,
famosas: Anna Kournikova, Salma Hayek, Paris Hilton…
-DÍA UNO-
-¿Qué vas a
querer?
Uso mi chiste
tan gastado de: -Me das un café con leche.
-Nada más
tenemos Corona y Victoria, mi rey.
-Me das una Victoria.
Miro el entorno
en lo que llega la cerveza, adornos y luces de navidad rodean todo el lugar.
CLIENTES: Un señor
que deduzco albañil (lo acompaña una de las muchachas del lugar). Un par de
hombres tomando de la misma coca-cola y se sonríen el uno al otro (¿Gays?). Un
vendedor de chicles, cigarros y dulces que decidió tomarse una pausa y una
cerveza al mismo tiempo. Yo.
Le pido al
vendedor un par de cigarros y encendedor.
No pasa gran
cosa, los hombres que tomaban refresco se van al igual que el vendedor. Dos de las prostitutas ingieren sus sagrados alimentos de manera rápida por si llega algún cliente. El
albañil, al que llamaremos simplemente con el nombre de Pedro, intercambia palabras con la mujer
sentada con él. Hay una sonrisa de oreja a oreja en la cara de Pedro. Se dirige
al baño y en pocos minutos sale y la mujer se levanta, va con él. Al lado de
la barra hay un callejón. El callejón conecta a la cocina con dos cuartos. En el
fondo de dicho callejón un señor juega con sus compadres una partida de barajas o vete a saber de qué. Pedro le da dos billetitos al señor más viejo y se meten
a uno de los cuartos. Pido la cuenta y me voy, he visto suficiente.
Antes de irme le
pregunto a la que me atendió: -¿Cómo se llama este lugar? -“Salón Corona” más
conocido como “El Cono”.
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LUNES.
El hombre le da
un abrazo cargado de lujuria, trata de tocarle las carnes a la mujer que lo
acompaña, trata de darle un beso, ella repele el abrazo, le da la mejilla para
que el hombre no la pueda besar en la boca. El está borracho. Ella es una puta.
-DÍA 2-
Llego. El aire
que se respira es diferente. Tomo la misma mesa que tomé el viernes.
Hay un trío de guitarras que tocan para el borracho y su amiguita. Reconozco la canción que tocan, es algo de Julio Jaramillo. Tocan otras dos canciones y el hombre paga. -¿Gusta que le toquemos una canción? -No, Gracias. -¿Algo para la güera? -No, está comiendo y no me gusta ser descortés, gracias. -No hay problema amigo. El guitarrista se va y sus compañeros también. La muchacha que quiero está igual que la güera, comiendo. Soy paciente y espero a que acabe.
Pido una
Victoria y la morena esbelta me la trae.
-Oye, ¿puedo
platicar contigo?
-¿Quieres
platicar conmigo o me quieres invitar una?
-Sí, como veas.
La mujer va a la
cocina/barra y trae un cuartito. Es atractiva, no mucho, pero algo es algo. Se
sienta.
CLIENTES: Un
señor borracho con otra de las muchachas, ebria igual que el tipo. Un joven, tendrá
unos 17 años o menos. Tres señores, ya
están viejos los tres y tienen ya unas cuantas botellas vacías en la mesa. Yo.
-¿Y de qué
quieres platicar, corazón?
-Bueno, a lo
mejor esto te resulte raro, pero vine para reunir información, estoy
escribiendo un texto sobre los prostíbulos (no digo putero porque no quiero
ofender).
-Conque no me
preguntes cuanto ganamos y con cuanto se queda el patrón todo está bien.
-¿Y eso?
-Por como están
las cosas no te puedo contar mucho, que tal si luego llegan a robar.
-Ya veo.
-Mira pues, eres
escritor. ¿No eres del istmo verdad?
-Pues escribo,
pero eso no me hace escritor. Y sí, soy de acá, vivo en la segunda, por el
tecnológico.
-¿Cuántas mujeres trabajan acá?
-Cinco o seis.
-¿De qué horas a
qué horas abren?
-De 10 de la
mañana a 10 de la noche, pero depende también del ambiente que haya.
-¿Cuánta gente
acude a este lugar?
-Pues a veces se
llena, a veces no, muchos vienen para ver el material y para ir al cuarto.
Otros nada más vienen a tomar.
-¿Cómo es el
proceso para cazar al cliente?
-Pues depende, una sonrisa o una mirada. Aunque como los hombres ya saben que tenemos sexo por cobrar a veces nada más llegan
y piden una cerveza para ver a quien se llevan al cuarto.
-¿Cuantos hay?
-¿Cuartos? Dos.
-La tarifa para
ocupar un cuarto, ¿de cuánto es?
-Pues está a
doscientos cincuenta pesos, si le caíste bien a la muchacha a lo mejor
doscientos. Y ya depende de que quieras hacer en el cuarto.
Me guiña un ojo
y río un poco.
-O sea...
-Si quieren sexo
anal pues la cuota ya no son $250, si quieren sexo oral también la cuota
cambia...
-¿Qué es lo más
raro que te ha pasado?
-Yo nada más
llevo dos meses, pero me tocó una vez estrenar a un muchacho que al final se
puso a llorar, era mampito el pobre. O cuando viene "Yeyo". Así le
decimos de cariño. Es un viejito bien chistoso, llega con su bastón, apenas y camina.
Te lleva al cuarto, te pide que te desnudes y te toca, te abraza y te da de
besos, pero no lo hace así como animal, como hacen los otros. Lo hace con
cariño, nunca se quita la ropa, porque a su edad ¿para qué? y según él se viene
y ya, acaba el show.
-¿Hay un límite
de tiempo para usar el cuarto?
-Damos 20
minutos, 25 minutos ya es mucho tiempo, hay hombres que se vienen a los 10
minutos pero piden ocupar los veinte, para platicar, para quedarse viendo a la
mujer desnuda...
-¿Cual es la más
mujer más solicitada?
-Ay muchacho, me
estás poniendo bien nerviosa con tus preguntas.
-¿Y eso?
-Ni sé cómo te
llamas ni nada.
-Me llamo
Agustín. Yo tampoco sé cómo te llamas.
-Me llamo Nelly.
-Mucho gusto Nelly.
Le doy la mano en señal de cordialidad.
-¿Ese es tu
verdadero nombre, Nelly?
-Sí, no te hagas el detective serio, no te queda. Ríe.
-¿De dónde eres
Nelly?
-De Salina Cruz.
-¿Quién es la
más “solicitada”?
-Hay una chava,
pero está enferma ahorita. Por el momento es la muchacha de la esquina.
-¿La morena o la
güera?
-La morena. ¿Si
escribes de verdad o me estás cuenteando?
-Sí. Mañana voy
a venir y te voy a traer lo que he escrito, son cosas sobre Juchitán.
-¿Sobre sus
costumbres?
-Algo así.
La mujer y el
hombre se paran y empiezan a bailar sin música. La mujer le dice: -Sí quieres
bailar conmigo tienes que poner algo. La rockola cobra vida y desaparecen
a la Hayek y demás. Suena “Rayito
Colombiano”. Como los dos se encuentran borrachos, mi compañera tiene que
ayudarlos. –Esa no es la que quería- Chilla la acompañante. Nelly la auxilia.
El hombre se acerca a mi mesa (momentos antes gritaba que se sentía orgulloso de ser de
la séptima y que los demás eran unos putos, “UNOS PINCHES PUTOS”).
-Oiga amigo, ¿Quiere conocer la casa de la
cultura o el mercado? Lo puedo llevar si quiere.
–No amigo, yo
soy de aquí. Hablo zapoteco y todo.
-Pues hablemos
chingar, qué madre hacemos hablando español.
Pero no se
puede, nuestras acompañantes se desocupan y Nelly vuelve conmigo.
-¿Oye, vas a
estar acá mañana?
-Sí, mi vida, te voy a esperar.
-Entonces nos
vemos mañana.
-Me traes la
cuenta.
-Son cincuenta
pesos corazón.
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Martes.
Hay mucha gente hoy. Tomando. Suena música gringa. De mal gusto. Me siento en la mesa que está enfrente de la rockola. Afuera hay judiciales de la estatal, cateando a la gente de 2 AZTECAS. La camioneta de los policías tiene señas de balazos en el vidrios de atrás. Agarran a un muchacho con droga, mañana saldrá en el periódico "Joven en conocido antro de vicio es arrestado por tener consigo hierba seca. Al parecer mariguana". Le quitan a un señor su cartera llena de billetes grandes, trae coca. Lo dejan ir pero le quitan el dinero y la coca. La corrupción está en todos lados.
Entro para no parecer sospechoso.
Me saluda Nelly.
-DÍA 3-
-Siéntate conmigo para seguir platicando.
-¿Te traigo una, Agustín?
-Victoria, por favor.
Cuando regresa ríe conmigo. Trae una victoria y un cuartito para ella, ya hay más familiaridad, sabe quien soy y sé quien es, bueno, en parte.
CLIENTES: En la mesa 1 hay tres hombres y una muchacha del lugar. En la mesa 2 tenemos a un puto y a su mayate, el puto está disparandole una chava. Dos muchachos hablando acaloradamente de fútbol o de política. Un señor que está viendo a quien llevarse al cuarto. Yo.
-¿Y que me quieres preguntar hoy?
-Los judiciales, ¿vienen seguido?
-Bastante, un día sí y un día no.
-¿Y qué hacen?
-Pues vienen a ver que no haya borrachos o drogadictos,o gente con armas, de las que tiene el ejército. Aquí nunca hemos tenido problemas, en el lugar de al lado sí. Puro mariguanito. Igual a los menores de edad, se los llevan a veces. A los borrachos le pegan y si traen dinero se lo quitan, total, luego no se acuerdan de nada.
-¿No se meten con las mujeres de acá?
-No, es raro que pase eso.
Una señora le pide a Nelly que recoja la cuenta. Saco unas hojas dobladas y se las doy a Nelly cuando regresa.
-¿Esto es lo que escribes? Medio las lee y las guarda.
-Sí, léelas cuando tengas tiempo.
-Oye, cambiando de tema, Agustín. ¿Nunca has estado con alguien en el cuarto?
-Para serte sincero no, no he estado con nadie.
Nelly saca las garras y ataca: -¿No te gustaría entrar conmigo? ¿Hacerme sentir un orgasmo? ¿Nunca has pensado estar con alguien como yo?
Me pongo colorado y finjo que no me afecta de ningún modo su comentario. Le doy un trago a mi Victoria.
Ella ríe de manera escandalosa.
-¿De qué te ríes?
-Te pusiste bien rojo, jajajajajaja. Sí lo has pensado, no te hagas.
-Sí, todo hombre lo ha pensado. Mejor dime algo, ¿de dónde son, las traen de algún lugar?...
No, aquí todas viene porque quieren, cada quien tiene su casa, algunas son madres solteras. Nadie está aquí en contra de su voluntad...
-Para tener sexo usan preservativo, ¿quién lo pone?
-Nosotras, luego los cabrones esos hacen trampa. No falta aquél que pellizque la punta del condón, además están las enfermedades, tantito una se enferma y la dejan fuera.
-¿Están reguladas por la regiduría de salud?
-Sí. Cada ocho días tenemos que ir a revisarnos y hacernos pruebas. Cada tres meses ellos vienen a ver que todo esté en orden, papeles y todo...
-¿La rockola ocupa monedas de diez?
-Son dos canciones por una moneda de a diez, ¿quieres poner algo?
-Sí.
Trae una moneda de a diez y una botella vacía con colillas de cigarros adentro. Me explica que la botella es para tener registro de la moneda.
-Pongo algo de música y me regreso.
-¿Por qué no vamos al cuarto? Te lo dejo a doscientos.
-Jajajajajaja, no, no creo. Eres atractiva y todo pero...
-Pégate hombre, que no te voy a morder ni nada por el estilo.
-Te decía.
-¿No eres mampo verdad? Te ves como todo un hombre hecho y derecho.
-Me gustan las mujeres si eso es lo que preguntas. ¿Que hacen en el cuarto para cobrar más?
-A lo mejor más posiciones, sexo anal, el sexo oral lo hacemos con el preservativo puesto, ya muy su pedo la chava si quiere hacerlo sin condón, pero si pasa.
-¿Y se puede entrar con dos hombres al cuarto?
-Jajajaja, pues yo no dejaría que me hicieran doble penetración por que hay más riesgo de que te floreen así. (Véase: Ano Floreado) Hay mujeres que sí le entran.
-¿Y que un hombre entre con dos mujeres?
-Sí. Hay mujeres que le entran al lesbianismo. Les gusta. Pero es cuestión de que ellas quieran, si no quieren, no quieren y listo.
-¿Quieres otra cerveza, Nelly?
-Sí, ¿te traigo otra cerveza?
-No, mejor una Coca.
Regresa con una Coca y su cerveza. Sacó un cigarro y empiezo a fumar.
-¿Qué más me puedes decir sobre este lugar? ¿Cuando abrieron por primera vez?
-A ti te gustan las cosas rápido, ¿verdad? ¿Así eres para todo?
-No, no para todo.
-Tendrías que demostrármelo, del dicho al hecho... bueno, ya sabes lo que dicen.
Una de las mujeres que está libre pone una moneda en la ranura de la rockola y suena "Amor de la Calle".
Mi compañía femenina agarra confianza, se pega y pone su mano en mi pierna, no me doy cuenta hasta pasados un par de minutos.
-El lugar lo abrieron... pues el patrón tenía veinte años cuando lo abrió, era este mismo lugar. Claro que con el tiempo ha ido cambiando. Me dicen que empezó con unos tres cartones de cerveza. Ahora ya hasta tenemos un refrigerador lleno de chupe y refrescos. Ahora el jefe tiene como sesenta, setenta años.
-¿Vende otra cosa que nos sea cerveza o refresco? No, nada más tenemos cuartitos, medias y coca colas, de las familiares no porque luego se llena de borrachos y se ponen al pleito con una o entre ellos.
-Gracias Nelly, creo que con lo que me contaste ya tengo para escribir algo más o menos bueno. Me traes la cuenta.
-¿ Entonces no vas a querer ir al cuarto conmigo?
-No, ya tengo lo que necesito, gracias de verdad.
-Eres de esos entonces, de los que se complacen y luego luego se van. Son ciento veinte pesos, corazón.
Doy un billete de doscientos y me trae el cambio. Salgo.
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EPÍLOGO.
Estoy escribiendo y me falta la foto del lugar, llego y veo en la pared una rueda de la fortuna pintada. Dos señores toman cerveza. Me percato de que ya venden caguamas, en la entrada un letrero anuncia: "SE VENDE CERVEZA FAMILIAR."
-¿No les importa si le tomo una foto a la rueda de la pared?
-No mijo, si quieres nos hacemos a un lado. Nos agachamos o algo.
Se hacen a un lado y tomo la foto. Vine a pie y quiero sentarme a descansar un rato, saco un Camel y lo enciendo.
-Hola, ¿te servimos algo?
-¿Está Nelly?
-No, hoy es su descanso.
-Entonces así déjalo. Ya me iba de todos modos.
FIN