miércoles, 27 de junio de 2012

2 AZTECAS


Lo que pasa carajo, es que yo nací para ser puta lo mismo que una gallina
para ser cazuela de ave
.
Del libro “La Reina Isabel cantaba rancheras.” De Hernán Rivera.








Dicen que el que prueba a una puta, repite. Yo fui una vez a dos aztecas y tres veces al “Salón Corona”. Pero no para repetir. Ya tenía la idea de escribir sobre los “puteros”, pero necesitaba algo que me impulsara a plasmarlo de verdad. Mi amigo Florentino me dijo: La vez pasada andaba por Boxito y vi a una güera que se cargaba unas nalgotas, la seguí y entró en 2 aztecas, dicen que hay centroamericanas bien buenas ahí. Luego en su cuarto hay un santo que es de por allá, no sé cómo se llama. Cuando van a coger con el cliente le ponen un cigarro en la boca, al santo aquél, para que lo “fume”. El comentario de Tino era lo que necesitaba. Llegué a mi casa para medio comer algo y salí, no dije a donde. Era viernes y amenazaba con llover, acá en Juchitán las lluvias no le dan tregua a nadie. Entre al 2 Aztecas y me lleve un buen chasco. Contrario a lo que me dijo mi amigo, las mujeres en ese antro, ni eran centroamericanas y mucho menos guapas, muchachas ya casi en los treinta, feas, vientrudas, vamos, ni siquiera su personalidad era un gancho para que te quedaras. Observé la decoración del lugar con tema septembrino, de la independencia de México (estamos en Junio). Se me acercó una ¿chava?: “¿qué te damos?” -Una cerveza, victoria, por favor. En la “barra” un ser que era hombre y mujer a la vez abría cervezas y las repartía a los clientes, una señora ya anciana preparaba botanas desabridas a las que les faltaba sal. Cerca de mi mesa un “chavoruco” platicando con una de las mujeres del lugar, imaginé le hablaba del amor, de cosas bonitas, de la chamba. La mujer (a la que se le escurrían las carnes por arriba y por debajo de la ropa, decidí llamarla “LA MANCHA VORAZ” porque eso parecía que se escondía en su blusa) se reía de manera socarrona, estúpida y le agarraba la mano diciéndole cosas como “mi vida”, “mi amor”. Voz en off: “Ahhh, que pendejo eres mano, aunque de seguro solo vienes por un poco de comprensión, de esa que no te dan en tu casa, ¿has pensado ir con un terapeuta? Así evitas el ritual asqueroso del sexo. No, ¿y qué tal si lo que él quiere es eso? ¿Qué tal si platicar es solo un mero formalismo para luego meterte a ese cuarto oscuro y así olvidarte un rato del mundo y de lo que pasa afuera?

La música no era muy buena, al igual que las cantinas comunes y corrientes estos lugares tienen una rockola siempre sin actualizar y con canciones  de la era de piedra. “Los Abelardos”, Los Teme(duermes)rarios” y “Los Tigres del Norte” me acompañaron en la primera cerveza, luego entraron unos chavos y un señor que resulto ser su alcahuete, pidieron caguamas y cigarros Marlboro para ellos. Habían más personas, señores que se veía a leguas eran de fuera, una pareja que quería convencer a la más bonita para un trío. Un viejo que quería postularse al borracho más viejo de la nación y que lo estaba logrando. Hice una seña y en minutos la aguardentosa voz de una ¿joven? anunció mi próxima cerveza: “Aquí tienes, güey.” La variedad no era buena, la música tampoco, ¿Qué carajos hacía yo en un lugar como ese? Saqué un cigarro y busqué mis cerillos, no los traía.

-Oye, ¿me traes un cenicero y unos cerillos o encendedor? –Ten, tengo un encendedor. La mujer se quedo parada hasta que prendí el tabaco. –Tranquila, no me lo voy a robar ni nada. Pude percibir una mirada no muy agradable en su cara. -Antes de que te vayas tráeme la cuenta. “Son cuarenta pesos”, dijo sin moverse de donde estaba. Me acabé el cigarro y salí de allí.

 Me sentí defraudado. Las películas y libros te pintan (o por lo menos los que yo he visto y leído) a las prostitutas como guapas, conocedoras o cuando menos dicharacheras, de esas que “jalan parejo”. Estas se veían como algo que se asemejaba más a una cajera de banco aburrida o a una enfermera del IMSS. No iba a escribir nada sin antes llevarme una buena impresión de un “putero”. Lo bueno es que al lado estaba otro lugar: “El Salón Corona”, también conocido como “El Cono”… 





6 comentarios:

  1. El santo se llama san simon XD y fuma puro malboro si no te avienta la madre en sueños! XD

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  2. buena la lectura. pero hay mejores lugares bueno un poco, saludos. paisano.

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  3. no le veo desperdicio por ningún lado. ¿Que pasó en El Cono?

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    1. Tenemos el Casa Verde, El Eclipse y el Rincón Brujo. Nada más a ahorrarle porque no son tan baratos.

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  4. Algun putero decente al cual ir?, se aceptan recomendaciones.

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