viernes, 18 de mayo de 2012

EL TECO TECO.



Cuando tenía seis años, mis padres me trajeron a vivir a Juchitán. Viviamos en el DF y me encantaba venir en las vacaciones a aspirar el aire limpio y fresco, probar los raspados de enfrente de la casa de mi abuelita, las idas al ojo de agua, las desveladas contando historias de los “bidxas” con los primos y tengo un recuerdo muy vivo, en una de esas visitas me encontraba yo en el centro esperando a mis tías y pude ver cómo un borracho se peleaba con un gringo y vociferaba en zapoteco: Yo soy teco, y nada más por eso me pelas la verga. Después, ya con mis papás les pregunte: -Apá, amá, yo soy teco, ¿verdad? -Claro que eres teco hijo, más teco no se puede. Luego me dieron una palmadita en la cabeza y siguieron platicando de sus cosas, esa noche dormí con el pecho henchido de orgullo. Pero cuando me instalé en Juchitán hubo un incidente, en una fiesta de la hija de los padrinos de mi hermana me perdí. No sabía cómo llegar y casi rompo en llanto. Una señora ya anciana me pregunto que qué hacía yo sólo en la calle y le conteste que había venido a una fiesta, me pregunto si vivía en la ciudad y le dije que sí, se acerco y me vio todo güero, dudó por un momento y le dijo algo en zapoteco a su esposo que descansaba en la hamaca de su corredor: -¿Lii qui gannu' tu shiiñi ba´du´ di la? (¿no sabes de quién es hijo este chamaco?) Y les contesté en zapoteco que yo era hijo del señor Agustín y la señora Gloria que vivían en la séptima. –Pa batañeeu nachonga dxandí' ni caniu', pa naguudxi ni la cusiguiiu' naa. (Si la planta de tu pie es dura me estás diciendo la verdad, si es blanda estas engañando) Me quite los huaraches, tocó la planta de mi pie (suave en ese entonces cómo la palma de la mano) y me lanzo una expresión de desapruebo. “Tú nada más hablas zapoteco pero no eres teco” me dijo en español, de repente alguien grito mi nombre y me di cuenta que me buscaban, cuando regrese a la fiesta no mencione lo que dijo la señora y viví por mucho tiempo confundido. ¿Era teco? ¿No lo era? ¿Mis papás me habían mentido? Si las personas que eran tecas tenían la planta del pie dura yo la tendría. Me aventure saliendo a las calles descalzo, comprando el queso, la crema, las caguamas de mi papá y mis tíos, llamando a los “huelos” para que bailaran debajo de la enramada. Dos años pasaron (ya tenía la planta del pie dura) y nos cambiamos de la séptima a la segunda sección y relacionándome con los niños de casas vecinas me di cuenta que yo era muchísimo más teco que ellos, ni siquiera hablaban el zapoteco habiendo pasado toda su infancia en Juchitán, y entonces me di cuenta de que nací teco y no importa si fallezco en otro continente, moriré siéndolo y estoy muy orgulloso, Este blog se nutre de las vivencias que tengo (tenemos) y tendré (tendremos) aquí en el Istmo de Tehauntepec, un punto de vista teco, porque Juchitán tiene que mirarse de adentro hacia afuera y no de afuera hacia adentro (si lo hace los prejuicios nacerán y se multiplicarán como los cuartitos vacios de corona en una fiesta istmeña). Venga, pruebe el arroz con camarones, el bupu, las tlayudas, las garnachas, el che guiña, emborrachese con nosotros en la cantina de Na Fede, admire el traje regional de nuestras paisanas, viaje en lancha a punta de agua por cincuenta pesos y recueste su cuerpo en la arena, viva usted la idílica ciudad de Juchitán con nosotros, que es, casi el paraíso.





3 comentarios:

  1. Estaría padre que también pudieran hablar si de su infancia y toda esas onda que no hablan de Juchitan pero si de ustedes. Y si mejor hablamos de que coño podemos hacer si vamos o nos perdemos ahí en su ciudad.

    Juchitan sin duda es como sus mujeres, bonita, linda, morena, buenota, rica.

    En un mes casi que estuve ahí en Juchitan estuve algunas veces en su mercado lleno de colorido, olores fetidos y comida rica todo haciendo un mix istmeño como pocos.

    Sin duda juchitan es más que experiencias de un club de toby istmeño espero que me sorprendan con más y mejores recomendaciones de que hacer si es cierto que Juchitan tiene playa, la historia dle General Charis es cierta, si las iguanas verdes no sirven para hacerlas caldos toda esa info que nadie informa o que guardan celosamente.

    Firma JEML.

    ResponderEliminar
  2. Una bonita historia, que es la realidad que adoptan las personas que llegan a vivir a juchitan y se enamora de todo lo que ofrece(juchitan). Y hacen el enorme esfuerzo de aprender el zapoteco mejor que nosotros. Paisano juchiteco claro que eres un teco 100%. y hasta ririaco eres.. Ctrujillo4444@yahoo.com

    ResponderEliminar
  3. Y que me regreso a Juchitán! Vaya viaje que me avente al leer éste blog ... hace casi 10 años que vivi por un año.

    ResponderEliminar